ÁRBOLES DE SALAMANCA I (Juan Manuel Velasco Santos)
“EL CEDRO DE LA ALAMEDILLA”
Casi en el centro del parque de La Alamedilla (llamado así porque en él había álamos, término usado por salmantinos para designar a los olmos o negrillos), creado en 1882, se puede apreciar al más grande de los árboles de este jardín urbano, un cedro del Líbano (Cedrus libani), especie procedente de la región oriental del Mediterráneo y que suele tener la punta de la copa inclinada, carácter identificador de esta especie. Es un árbol majestuoso con más de 4 m de perímetro (a 1,30 m del suelo) y una altura de unos 25-30 m, con lo que podemos deducir que su edad es de unos 100 años.
El cedro es una planta arbórea del grupo de las coníferas dentro de las gimnospermas, por lo que produce unas hojas que parecen finas agujas y en grupos numerosos sobre unos pequeños muñones; además en el mismo árbol hay flores masculinas y flores femeninas separadas, las primeras en unas piñitas de unos 3 x 1 cm, mientras que las femeninas forman las piñas en forma de barril o tonel de unos 10 x 5 cm con escamas planas sobre las que se forman las semillas o piñones muy pequeños.
Su madera es muy aromática y con ella se construyó el famoso templo de Salomón y los fenicios hicieron sus barcos con los que navegaron el Mediterráneo hasta España. Actualmente, se hace con ella carpintería de lujo y se fabrican postes y vigas, así como lapiceros y cajas de cigarros puros habanos.
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