ÁRBOLES DE SALAMANCA III (Juan Manuel Velasco Santos)
La Secuoya de La Universidad
El árbol se sitúa en el centro del claustro de la Universidad junto a un pozo del que se conserva el troquel, es la única planta de dicho claustro. Pertenece a la especie Sequoia sempervirens, vulgarmente conocida como “secuoya roja”. Es originaria de la costa del Pacífico de los Estados Unidos. Tiene una cuerda normal (perímetro a la altura del pecho) de 2,66 m y una cuerda basal de 3,44 m; su altura ronda los 24 m. Es una gimnosperma de porte esbelto (en el parque nacional Redwood existe un ejemplar llamado “Hyperion” de 115,56 m de altura, siendo el record de un árbol vivo), en la que sus hojas son lineares (acículas aplanadas), de hasta 2 cm y dispuestas a ambos lados de las ramillas, presentando unos conos o piñas de unos 2 cm de diámetro y formadas por 20 escamas, en cada escama hay de 2 a 5 piñones. Está algo afectado por los excrementos de palomas y por estar en un ambiente muy cerrado.
El nombre de este árbol conmemora, por iniciativa del filólogo húngaro S. Endlicher, a un indio de la tribu ‘cheroquee’, llamado Sequoiah, el cual invento un alfabeto para el dialecto de su tribu. el primer europeo que lo vio fue el padre franciscano español Juan Crespí en 1769 y los llamó “palos colorados” (actualmente se llaman, en EE.UU., redwood). Se introdujo en Europa a través de Rusia en 1843.
La Universidad se funda como tal el 8 de mayo de 1254, bajo el reinado de Alfonso X ‘El Sabio’ (desde 1218 había sido un Studium). El árbol fue una donación de D. Federico de Onís y Onís (1817-1886), jurista entendido en arboricultura y floricultura, quien en 1876, a través de su hijo D. José María (bibliotecario de la Universidad) cedió el plantón a la Universidad, por lo que tiene una edad de 136 años. El secuoya procedía, posiblemente, del vivero –hoy abandonado- de la finca La Carolina de Cantalapiedra del que salieron plantas para parques públicos y jardines privados de Salamanca, Valladolid, Palencia, Ciudad Rodrigo, etc.